AtrasAdelante

Historia

Alhama la Seca, de Salmerón o de Almería son los nombres con los que se ha conocido este municipio a lo largo de su historia. Villa de la taha de Marchena localizada al Sur de la provincia, a 25 km. de Almería. Su paisaje, muy accidentado, aparece dominado por el macizo de Sierra de Gádor, para descender, escalonadamente, desde las estribaciones de la sierra, hasta el cauce del río Andarax. Tiene una extensión de 26,6 km2 y una altitud de 520 m. Por su situación, Alhama se constituye en atalaya del valle del Andarax. El «balcón de los siete pueblos», lugar desde donde se divisan los antiguos pueblos pertenecientes a la taha de Marchena y Boloduy y la confluencia del río Nacimiento con el Andarax, ofrece uno de los paisajes más espectaculares y bellos de la Almería del interior.
Hasta hace pocos años, al tratar de situar en el tiempo el origen del pueblo, se tomaba como punto de partida las crónicas de los escritores musulmanes que ofrecen algunas referencias de esta población. Al-Kauzuini relata en sus escritos la existencia de una gran fuente termal situada al Norte de la ciudad de Pechina. Probablemente se refiera a Alhama. Otros autores atribuyen su origen a las necesidades defensivas de dicha ciudad en sus luchas con los árabes de Elvira, permitiendo situar su origen como alquería defensiva, hacia el siglo IX, cronología semejante a la presentada por el resto de los lugares que constituían la antigua división territorial de la taha de Marchena.
El encuentro fortuito de un importante hallazgo arqueológico, una estatua femenina esculpida en mármol blanco, próxima a los baños, en el año 1984, arrojó una importante luz sobre el antiguo origen de la población, que se completaría con otros hallazgos arqueológicos de origen romano en el municipio.
Hecho que en principio ha propiciado modificar la creencia del origen musulmán de la población, permitiendo remontar la formación a los primeros siglos de la era cristiana, según la cronología atribuida a dicha figura. Esta hipótesis resulta avalada por la estrecha simbiosis entre la cultura romana y el culto a las aguas con características especiales. En el caso de Alhama, aguas termales con propiedades curativas. A pesar de ello, las huellas de su pasado musulmán son patentes en el pueblo: el trazado de sus calles, en sus baños de origen árabe, en los restos de una fortaleza de carácter defensivo que ocupa un promontorio a unos 50 m. de las últimas casas del pueblo, etc.
Con la capitulación del valle del río Andarax en 1489, la taha de Marchena pasó a ser lugar de señorío bajo el dominio de don Gutierre de Cárdenas, familia del rey don Fernando, que le había prestado su apoyo en la Guerra de Granada. El Libro de Apeo y Población, que se conserva en el archivo parroquial del pueblo, aporta gran riqueza de datos que nos permiten conocer la situación del lugar a lo largo del siglo XVI.

"Puente de Alhama"

Antes de llevarse a cabo la orden de expulsión de los moriscos en estas tierras, Alhama estaba poblada por 80 vecinos todos ellos moriscos; no había más cristianos viejos que el beneficiado y el sacristán del pueblo, según recoge dicho documento. La medida de expulsión adoptada por la Corona propició el total abandono del pueblo a partir del mes de noviembre del año 1570. Estas tierras sufrieron el pillaje continuo de los moriscos recluidos en sus sierras.
Poblarla de nuevo fue el objetivo prioritario. La Junta de Población, con sede en Granada, será el organismo encargado de realizar, primero el desfile de los diferentes lugares, más tarde, el apeo o recuento de los bienes moriscos y, por último, la división en lotes que se habría de entregar a los nuevos pobladores. Se inició el apeo de Alhama la Seca el 28 de julio de 1573. El estar situada en una zona muy peligrosa y su falta de agua, al secar sus fuentes el terremoto de 1522, fueron los motivos que dificultaron enormemente su ocupación.
En 1593, en la visita realizada a Alhama por don Jorge de Baeza y Haro, encuentra que de los 16 pobladores que en estas fechas tenía, todos vivían en Huécija y otros lugares cercanos. Las casas del pueblo estaban en ruinas y los campos abandonados. Don Jorge recomienda al rey don Felipe II que ordene a los pobladores que vivan en el pueblo, pues ya se había hallado agua en un lugar próximo. La documentación referida a los últimos siglos de la Edad Moderna nos ofrece la imagen de un municipio de escasa relevancia económica. Alhama apenas cuenta con tierras de regadío. La viña y el olivo, cultivados en tierras de secano, constituyen el eje de su economía.



"Puente de Alhama"

Con anterioridad a estas fechas, la Hermandad de Animas era la encargada de gestionar el servicio de baños, que se hacía en dos balsas pequeñas construidas para tal fin. La primera desamortización de Godoy iniciada en 1798 privó a esta Hermandad del control de los baños, con la consiguiente pérdida de beneficios. Este hecho, junto a los nuevos alumbramientos la llamada Fuente Nueva propició la creación de la citada sociedad. Encabezando la relación de accionistas aparecen figuras ilustres como don Nicolás y don Francisco Salmerón y Alonso, probablemente a este último se deba la elaboración de los estatutos que la regían.
El balneario se inauguró en 1877. A tomar los baños acudían familias de todos los puntos de la provincia. Estos años coinciden con la etapa dorada del termalismo. Los balnearios estaban de moda. Con ellos penetran en Alhama nuevos aires, el balneario se constituye, de este modo, en el gran centro de la vida social del pueblo. Veladas musicales, bailes y encuentros literarios se dan cita en sus salones.
La Guerra Civil y la paulatina pérdida de sus aguas pusieron fin a este emblemático establecimiento, que pasó a convertirse en Centro de Falange Española hasta su restauración en los años 60 por don José Artés de Arcos, recuperando así uno de los establecimientos que más justa fama dieron al pueblo. Los aires de modernidad se aprecian también en sus calles. El pueblo cambia su fisonomía con la construcción de nuevas viviendas más acordes con los gustos de la nueva burguesía parralera.
No podemos dejar de citar la llamada Huerta Rosalía o Casa de don Nicolás Salmerón, situada a la entrada del pueblo. Esta vivienda, construida en 1870, la compró don Nicolás a su cuñada doña Adelaida Martínez y Ventero, viuda de don Francisco Salmerón, muerto en 1878.Destaca por su encanto señorial la verja que rodea la huerta, regalo a don Nicolás Salmerón de un rico comerciante de Ugíjar, agradeciendo al ilustre abogado la favorable solución de un pleito.
Parte importante de esta huerta ocupa hoy el Parque Municipal del pueblo.La casa de don Melchor Rodríguez, construida hacia 1895, es otro magnífico ejemplo de este tipo de construcciones decimonónicas propias de la época que nos ocupa. El Café La Tertulia, símbolo del esplendor uvero que Alhama vivió en estos años, es, sin duda, uno de los establecimientos de la época más señoriales de los contornos.
Surge como lugar de reunión de la Sociedad La Tertulia, constituida en diciembre de 1923 por un grupo de parraleros. La finalidad, según recoge su Reglamento de constitución, es la de velar por los intereses uveros, actuando como grupo de presión en el contexto económico de la provincia y proporcionar a sus socios las publicaciones agrícolas de reconocido valor práctico que les posibiliten conocer las últimas innovaciones en el cultivo de la uva.
No tiene carácter político alguno, declaración expresa recogida en el artículo 1.º En la actualidad, el establecimiento ofrece un perfecto estado de conservación. Destaca por su grandiosidad y belleza la serie de lámparas y espejos venecianos adquiridos por la sociedad al antiguo café-cantante de Rafael Usero, el Lion d'Or, sito en el paseo de Almería, cuando éste pasó a convertirse en tienda de tejidos.
Los censos de población realizados a partir de 1858 recogen la existencia de una serie de pedanías adscritas al municipio: La Yesera, Gatuna, Galachar, Cuatro Caminos y algunos otros. Por su antigüedad y número de habitantes destaca Galachar. La documentación del siglo XVI la recoge como aledaño o grupo de viviendas a dos kilómetros y medio del pueblo y donde la población de Alhama se refugió en múltiples ocasiones ante acontecimientos adversos.
Los primeros 50 años del presente siglo coinciden con el período de máximo desarrollo de este núcleo de población. La dotación en 1925 de dos escuelas que atendieran a su población infantil constituye un relevante ejemplo. Los años sesenta inician su declive, la emigración y el traslado de sus habitantes a la vecina Alhama marcan su fin como lugar estable de población.
El auge de la minería experimentado por la provincia en este siglo repercute en su población de una manera extraordinaria. Alhama es foco de mano de obra para las minas de la Sierra de Gádor primero, más tarde para las de las provincias vecinas, Linares, Río Tinto y la sierra minera de Cartagena reciben un importante contingente de mano de obra alhameña. En 1880 había en las minas de La Unión más de cien familias de Alhama.
La proclamación de la Segunda República en abril de 1931 permitió que el pueblo de Alhama materializase el deseo de contar en una de sus calles con el busto de su hijo más ilustre. El día 20 de septiembre del año 1931, Alhama se engalanó de fiesta. La II República ofrecía un homenaje en el XXIII aniversario de su muerte al insigne republicano.
Un gran arco de triunfo con la inscripción «Alhama la Seca saluda al Gobierno de la República» recibía en la entrada del pueblo a grandes figuras de la vida política y literaria del país. Personalidades de la talla de don Miguel de Unamuno; ministros de la República; doña Victoria Kent, diputada en Cortes; la almeriense Carmen de Burgos, entre otras grandes figuras, colaboraron con su presencia en tan entrañable acto, acompañando a doña M.ª Luisa Pérez Salmerón, nieta del homenajeado.
Probablemente, nunca Alhama había albergado entre sus gentes a tantas personalidades unidas por una idea común: su ideal republicano. Los discursos se sucedían cuando al tomar la palabra don Luis de Hoyos, discípulo de don Nicolás, sugirió que Alhama debería llevar el nombre de su ilustre hijo. La idea tomó cuerpo entre los presentes, los oradores que sucesivamente hicieron uso de la palabra, cuando se referían al pueblo lo hicieron ya con el nombre de Alhama de Salmerón.
La contienda civil, entre otros males, trajo consigo la pérdida de una de las señas de identidad del pueblo: su republicanismo. El busto de Salmerón sufrió de este modo la falta de entendimiento entre sus paisanos. Es derribado de su pedestal y abandonado en el suelo del parque.

"Monumento"


Recogiendo opiniones de los alhameños, no fue a la persona de don Nicolás a quien se dirigía el ultraje; su caída fue un símbolo del derribo del sistema político de la República. La estatua fue recogida y depositada en los sótanos del antiguo Juzgado de Paz, donde permaneció casi 30 años. Se iniciaba la década de los 60, años dorados del franquismo, cuando el alcalde de Alhama, don Angel Barquero Marín, gran amante de la historia de su pueblo, inicia los trámites legales con el señor Gobernador Civil para devolver el busto de don Nicolás al lugar que como hijo de Alhama le correspondía.
Su propuesta es aceptada con la condición expresa de restituirlo a su lugar sin oficialidad ni protocolo alguno. Se colocaría, además, una escueta reseña recogiendo dos fechas: su nacimiento y muerte.Hoy que han transcurrido más de 30 años, Salmerón acompaña desde su pedestal a los jubilados alhameños, y es fácil escuchar entre ellos el referirse al hecho: «Salmerón está por encima de todo. Los mismos que lo tiraron lo han puesto. Devolvieron a su lugar al alhameño ilustre, no al político
Puede resultar de interés completar este sucinto recorrido por la historia de Alhama con unas breves pinceladas que acerquen al lector a su realidad actual. Superada la grave crisis producida por la Guerra Civil, Alhama reactiva su maltrecha economía con el monocultivo uvero, llegando a alcanzar en la década 1960-70 cotas de producción superiores a los mejores años de principios de siglo.
Sin embargo, esta expansión fue efímera. Los nuevos tiempos presentan una situación que hace poco rentable el cultivo de la uva. Asistimos así a la transformación de su vega. Lentamente, pero en progresión continua, los cultivos bajo plástico invaden sus tierras.
Probablemente la adopción de alternativas más acordes con los nuevos tiempos han permitido que Alhama mantenga su población estable a pesar de que el partido judicial de Canjáyar, al que pertenece, haya visto disminuido su número de habitantes en los últimos 15 años con una variación regresiva del -12,55 por 100.
En la actualidad Alhama se encuentra entre los cinco primeros pueblos de la provincia en el cultivo de la parra, quizá debido a que no ha encontrado aún una verdadera alternativa al que fue el principal propulsor de su desarrollo o quizá motivado por la resistencia de muchos agricultores alhameños a perder unas señas de identidad que les resultan entrañables.


"Casa burguesa"

En la actualidad Alhama se encuentra entre los cinco primeros pueblos de la provincia en el cultivo de la parra, quizá debido a que no ha encontrado aún una verdadera alternativa al que fue el principal propulsor de su desarrollo o quizá motivado por la resistencia de muchos agricultores alhameños a perder unas señas de identidad que les resultan entrañables.